SHINee "Kiss kiss kiss"

"Eres como un sueño para mí, quiero ser tu sombra, para siempre poder estar junto a ti"

Arashi "Sakura sake"

"Estos sueños sin nombre han brotado, no mires hacia atrás porque no hay un mañana detrás de ti, mira hacia adelante"

SNSD "All my love is for you"

"Incluso si estas muy lejos de mí, solo cierra los ojos y mi corazón estará cerca de ti"

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RECOMENDACIÓN DRAMA!!! RECOMENDACIÓN PELÍCULA

School of Love- Capítulo 6

En la dirección de la academia se genera una charla sobre el futuro de los alumnos de nuevo ingreso. Miyuki escucha atentamente a su abuelo sobre los planes para dichos estudiantes.

—Hija, te pido tu apoyo porque sé que eres la más indicada para esto —continuaba el Sr. Cho—. Ellos necesitan a una persona capacitada para enseñarles. Aunque lo ignores, siempre he estado al pendiente de ti. Sé por todo lo que has pasado y todo lo que has logrado. Estos jóvenes necesitan ese ejemplo para lograr sus sueños. Muchos de ellos, si no es que la mayoría, no cuentan con necesario para continuar sus estudios. Me refiero a lo económico, por esa razón es que les ofrecimos becas para cada uno de ellos.

—Eso lo comprendo, señor

—¿Señor? ¿Ya no soy más tu abuelo?

—Lo siento, es que...

—No te preocupes —le interrumpió el director—. Ya volverás a decirme así, después de todo eres mi nieta por ley.

—Es verdad —sonrió Miyuki, le alegraba saber que el señor sentado frente a ella, detrás de ese escritorio, seguía siendo el mismo de antes—. Solo tengo una petición, ¿puedo cambiar de oficina?

—¿Es molesto para ti compartirla con Jung Soo? —interrogó ante la petición de su nieta. Pero al observarla bajar la mirada sin respuesta solo sonrió haciendo un leve movimiento de cabeza. Creía comprender lo que en realidad sucedía—. Eso  no puedo concedértelo, Jung Soo es un gran chico y será tu compañero en esta tarea que acabo de darte. Además, así tendrán tiempo para mantenerse al tanto de lo que ha sido su vida en todo este tiempo. No juzgues a la ligera, cariño. Hay cosas que desconoces pero con el tiempo comprenderás.

Después de la charla con su abuelo, Miyuki siente que no puede darle la espalda aunque eso signifique resistir la presión de estar cerca de Jung Soo. Las palabras de su abuelo resonaban en su cabeza sin entender absolutamente nada. Se encamino al jardín quedando boquiabierta al observar las hermosas flores en ese inmenso árbol de cerezo. No podía creer que aun estuviera ahí después de tantos años, seguía tan vivo. Al igual que los recuerdos de su infancia y las palabras de despedida del único niño que se preocupaba por ella.

"Yo te esperaré el tiempo que sea. Recuerda que hicimos un promesa de al ser grandes casarnos. No lo olvides"

No fue cierto —decía en voz baja con la vista clava al líquido transparente de ese lago—. Te casaste, pero no fue conmigo.

Sintió resbalar por sus mejillas lágrimas cálidas. Aunque intentara esconderlo, el sentimiento en su corazón hacia Jung Soo no había cambiado nada, al contrario, aumentaba cada instante que lo recordaba.

—No puedo negar que el tiempo te sentó muy bien. Estas más guapo y maduraste o eso aparentas. En cambio yo... yo sigo siendo la misma chica sensible y débil. Aunque aparente ser fuerte, solo es por fuera. Por dentro los recuerdos de mis penas me carcomen poco a poco. Y ahora le añado una más, el verte como un hombre imposible de amar.

Cerró sus ojos para recordar los momentos felices justo en ese lugar.

Un pequeño con una flor en su mano corre rápidamente hacia una niña que juega con el agua del lago. La acaricia lenta y suavemente queriendo sostener un poco de ella en su mano. Pero es imposible, el líquido corre por sus dedos hasta regresar a su lugar. Se coloca de pie al escuchar el llamado del chico que le extiende la mano para entregarle la flor que, a pesar de tanto correr, se mantiene inalterada.  "Gracias, Jung Soo" responde la infante encantada con el detalle de su gran amigo.

Sin soportarlo más se deja caer sostenida solo por sus rodillas dejando fluir libremente las lágrimas que aumentan en cada segundo.

—Miyuki, el director me pidió que te acompañara...—La voz del causante de sus lamentos la interrumpe. Solo le resta ponerse de pie retirando con sus manos las señas de su llanto—, ¿Estas bien? —cuestiona al verla comportarse extrañamente.

—Sí, estoy bien —responde Miyuki evitando a toda costa ser vista por Jung Soo.

—Aunque no lo creas me da gusto verte de nuevo, fue tanto tiempo.

—¿Qué decías sobre el director? —Detuvo rápidamente cualquier otra palabra que pudiera poner en evidencia nuevamente sus lágrimas.

—Que te acompañara por el resto de tus cosas y no acepto un no por respuesta.

Por favor solo dame un poco de tiempo a solas contigo. No pido nada más. Me bastara si solo te veo, si solo respiro el mismo aire que tú. No sabes cuánto sufrí al no saber nada de ti. No sabía si estabas bien o si ya te habías olvidado de mí. Hay tantas cosas que necesitamos hablar.

Pensó en sus adentros Jung Soo, pero era difícil de decirlo abiertamente. No sabía el verdadero sentir de Miyuki hacia él. Después de todo, la forma en la que dejó de comunicarse con él le daba mucho que pensar.

Dominando sus emociones Miyuki acepta el acompañamiento de Jung Soo. Al final de cuentas por más que intentara estar lejos de él, pisaban el mismo suelo y trabajaban en el mismo lugar.

Subieron a un auto siendo Jung Soo el que conduciría. Hubo silencio en todo el transcurso del camino. Ninguno encontraba la forma de iniciar algo de conversación. Jung Soo mantenía un constante enfrentamiento entre sus pensamientos.

¿Por qué dejaste de comunicarte conmigo?, No. Eso suena exagerado y molesto. ¿Cómo has estado todo este tiempo?, tal vez. No. ¡Vamos, Jung Soo solo dile algo!

Pero no era el único, Miyuki se encontraba en la misma situación.

¿Cómo es que te casaste? ¡Y con mi Min Ah! ¿Dónde quedo la promesa que hicimos? ¿Por qué me dejaste de escribir? Vamos, Miyuki eso suena desesperado. ¿Quieres que se dé cuenta que aun sientes algo por él?

Al llegar al departamento de Miyuki, guiado por la dirección que le había dado el director, se dirigieron hacia el interior del edificio.

—Tienes un buen gusto —dijo Jung Soo mientras observaba detalladamente el diseño del departamento.

—¡Gracias! Pero no es mío, es de un amigo que me lo presto por un tiempo —respondió Miyuki saliendo de la recamara con una maleta—. ¿Nos vamos?

No se dio cuenta de la expresión en el rostro de Jung Soo al escuchar sus palabras. Le dolía el pecho de solo oír la palabra "amigo" de los labios de la persona que, a pesar de todas las cosas, aun llevaba grabada en su corazón y que no fuera él a quien se refería.

—Te ayudo —se ofreció en un acto de caballerosidad.

—No hace falta  yo pued...—demasiado tarde para responder. Jung Soo ya había sujetado su maleta, arrebatándosela de la mano.

Al salir hacia el auto que se encontraba cruzando la calle frente al hotel Miyuki iba pasos adelante de Jung Soo. Sin darse cuenta un auto color blanco deportivo se acercó demasiado a ella casi al punto de chocar con su cuerpo. En un reflejo rápido, Jung Soo la tomó del brazo jalándola hacia su pecho. Sus corazones latían acelerados a la misma velocidad tanto por el susto como por la cercanía de sus cuerpos. Miyuki abrió lentamente los ojos que por la impresión había cerrado. Inhalando la esencia que emitía la camisa de Jung Soo dejándola totalmente inmóvil.

Del auto descendió un joven bien vestido, traía un traje en color blanco de marca costosa.

—¡Debería ser más cuidadoso! Por poco ocasiona un accidente —manifestó con enojo Jung Soo

—¿Estas bien, Miyuki? —preguntó alterado el chico del automóvil dejándolos confundidos.

—¡Luang! —expresó Miyuki separándose del cuerpo de Jung Soo al percatarse de quien se trataba—. ¿Qué haces aquí? ¿Cuándo llegaste?

—Acabo de llegar. Lo siento por este accidente, venia distraído —dijo lamentándose por lo sucedido. Era verdad, no la percibió a lo lejos y se distrajo al caérsele una pequeña caja en donde venía un detalle para ella—. ¿Y esa maleta? No me digas que te mudaras, ¿No te gusto el departamento?

—No, no es eso. El abuelo me pidió que me quedara en el colegio para ahorrar tiempo.

Sintiéndose menos, Jung Soo se aclaró la garganta lo suficiente para que Miyuki entendiera su señal.

—Te presento a Jung Soo, el abuelo le pidió que me acompañara.

—Es un placer —dijo Luang al momento de extenderle la mano para saludarlo a lo que Jung Soo respondió cortésmente.

—Nos tenemos que ir, el abuelo debe estar esperándonos —sugirió Jung Soo desesperado por la manera tan cariñosa que se hablaban.

Miyuki antes de despedirse de su amigo con un beso en la mejilla.

Ante este gesto Jung Soo los observaba con ojos de furia. No lo podía ocultar… sentía celos. Por su parte Luang se ruborizo ante el acto de Miyuki, jamás había tenido tal acercamiento con ella y tenerlo ahora le hacía feliz.

Así que tú eres el famoso Jung Soo. Fue buena idea venir a trabajar a Seúl. Ahora más que nunca tengo que demostrarle mis verdaderos sentimientos a Miyuki. No permitiré que la vuelvas a lastimar. Ya no está sola, me tiene a mí para protegerla.




En los dormitorios de los chicos Jaejoong se prepara para salir a dar un paseo con Verónica y Gina.

—¿Quieres venir conmigo? —le propusó Jaejoong a su mejor amigo Geun Suk.

—No lo creo, prefiero dormir un poco.

—Bien, entonces les diré a Gina y Verónica que solo iremos nosotros

—¡No! Pensándolo bien, voy contigo —se levantó de la cama rápidamente al escuchar el nombre de Verónica—. Seria aburrido si no salgo antes de que comiencen las clases.

—Tienes razón. Muchas gracias por ayudarnos con los papeles para Verónica. Sé lo que eso significa para ti. Por eso te lo agradezco aún más.

Geun Suk solo sonrió ante las palabras de su amigo. Un par de días atrás antes de finalizar las inscripciones Gina se preguntaba como podrían hacer para que su amiga Verónica entrara estuviera en el colegio sin necesidad de esconderse eternamente. Ante ello con todo el sufrimiento de su alma Geun Suk se ofreció a darle los documentos oficiales de su novia que murió en ese accidente o eso creía antes de ver a esa chica tan idéntica a ella. De ahora en adelante su nombre oficialmente seria Verónica. No tendrían problema alguno con las identificaciones ya que, quien las viera, no dudaría ni un segundo en que se trataba de otra persona.

Jaejoong los llevó hasta el centro de Seúl para que conocieran más de la ciudad. Vieron aquí y allá, tiendas de ropa, comida, accesorios, entre otras cosas. El hambre los hizo detenerse un momento para comer en un pequeño restaurant en donde ordenaron kimchi. Verónica quedo encantada con el platillo haciéndose este su comida favorita hasta ahora.

Después continuaron su recorrido por otras tiendas. Verónica se separó un poco de ellos al observar un anillo que llamo su atención. Era elegante pero discreto, justo como le gustaban. Geun Suk no perdió de vista ni un segundo los movimientos hechos por ella. Cada expresión en su rostro le hacía recordar a su amada. Al verla maravillarse con ese objeto sonrió enternecido. De inmediato recordó lo que aun guardaba en su bolsillo y que siempre intentaba no dejarlo. Esa pequeña caja de terciopelo en donde resguardaba ese brillante anillo que no pudo entregarle a su novia. Tomó la caja en su mano mientras observaba de nueva cuenta  a Verónica. Un pensamiento pasó por su mente. Entregarle ese preciado objeto a ella para así sentir que realmente se lo entrego como el quería. Se detuvo al primer paso que dio. No podía hacerlo. No debía. ¿Qué pensaría ella? Volvió a guardarlo. Tal vez en otra ocasión lo haría.

En un instante Jaejoong y Gina habían desaparecido de sus ojos al igual que Verónica. Asustado más por ella que por él, se encamino hacia donde la había visto escasos segundos. Varios pasos más adelante en donde giraba una calle la vio observando algo en el aparador de la tienda. Se acercó lentamente hacia ella con un suspiro de alivio por encontrarla. La sensación que tuvo al no verla fue algo similar a cuando se sintió alejado de su novia.

—¿Te gusta? —interrogó al estar junto a ella y observar un hermoso dije plateado en forma de mariposa.

—Es muy bonito —respondió sonriendo Verónica sin desprender la mirada del dije.

—¿Lo quieres? Lo podemos comprar.

—No, no es necesario.

—Anda, vamos —La tomó de la mano para dirigirse al interior del local.

Al tocarla suavemente sintió un choque de electricidad recorrerle todo el cuerpo. Justo la misma sensación que la primera vez que toco la mano de su fallecida novia. De igual manera ella sintió lo mismo pero lejos de molestarse se sintió bien al tocarlo. Algo que no comprendía en ese instante pero poco importaba hacerlo.

Geun Suk pidió que le mostraran el dije que le había gustado a Verónica y enseguida lo compró como un regalo especial para la chica que, aunque negándose repetidamente, terminó cediendo ante la constante suplica de su parte.

Acto seguido, ya fuera de la tienda, se ofreció a ayudarle a ponerlo en su cuello. Totalmente ruborizada ella acepto sintiendo un hormigueo en su cuerpo al sentirlo tan cerca.

En ese instante la lluvia comenzó a caer repentinamente en gran cantidad. Geun Suk preocupado por ella la tomo nuevamente del brazo para correr a refugiarse.

—¡No! —dijo deteniendo su paso—. Me gusta sentir la lluvia. Es fresca y relajante.

Geun Suk quedo en silencio solo observándola fijamente. Otra cosa más en la que eran idénticas. A ella también le gustaba sentir la lluvia cayendo sobre su rostro y decía exactamente las mismas palabras.


Se acercó lentamente hacia ella, hasta quedar frente a frente. Ambos se miraban uno al otro. El tiempo se había detenido para ellos. En ese instante solo estaban los dos en ese lugar. Geun Suk llevó sus manos al rostro de ella. Acarició suavemente sus mejillas mientras la contemplaba pacíficamente. Pero llegó a un punto en donde no pudo resistir más y posó sus labios en los de Verónica quien solo quedo con los ojos abiertos de la impresión por un par de segundos hasta que se dejó vencer por lo que su corazón gritaba en ese momento. Aceptar la cercanía de Geun Suk.

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