Al ritmo de la música
su cuerpo se mantiene caliente a pesar del intenso frió Miyuki como todos los días
por la mañana acude a lugar de trabajo, se desempeña como maestra de baile para
un grupo de adolescentes. Le fascina su trabajo y por ello siempre lo hace lo
mejor posible.
-Disculpe señorita
Cho, le dejaron esto- le interrumpió el guardia del edificio
-¡Gracias!- respondió
sonriente mientras tomaba un sobre, el cual tenía escrito la dirección de su
lugar de trabajo y su nombre.
Lo abrió lentamente,
aun intentaba adivinar su contenido, el remitente era de Corea del Sur, ese
lugar le traía recuerdos, en su mayoría no tan gratos.
20 años atrás una
infante se dirige corriendo hacia un pequeño lago justo en su centro se
encuentra un árbol de cerezo, diariamente en los días escolares, en su tiempo
libre se acerca para admirarlo, le parecía realmente hermoso, su árbol
favorito, perdida en el movimiento de esas pequeñas flores color rosado, no se
percata que dio un paso en falso y cayó al agua, luchando por salir al no saber
nadar, su desesperación crecía rápidamente, estaba sola en ese lugar, nadie
acostumbraba acudir ahí, o eso parecía, en un movimiento mas de sus ya
desesperadas manos, sintió que alguien la sujetaba para ayudarle a salir.
-¿Estás bien?- una
voz infantil cuestionaba preocupadamente
-S-Si- responde la
pequeña intentando recuperar el aliento y tratando de echar fuera el agua que
entro por su boca durante esos horribles segundos
-Ten más cuidado
puede ser peligroso, más cuando el suelo esta húmedo- continuaba el infante
-Ahora ya lo sé-
contestaba para enseguida comenzar a llorar
-No, no llores por
favor- intentaba en vano el pequeño de consolarla- Solo fue un susto- al ver el
cuerpo temblando de la niña, se apresuro a retirarse su abrigo para colocarlo
sobre su espalda- Sera mejor que vayas a la enfermería, yo te acompaño
-Gracias-
-A propósito me llamo
Park Jung Soo ¿y tú?- continuaba la conversación de camino al interior del
plantel
-Y-Yo me llamo Cho
Miyuki- respondía sonrojada al sentir la mano del pequeño sobre la suya
-Veo que ya te llego
la carta- una voz la saco de sus profundos imborrables recuerdos
-¡Luang!, si acaba de
llegar- respondió sonriente al saber de quién se trataba, Luang su compañero de
trabajo y con quien ha convivido durante más de 10 años, quien sabe su historia de pequeña y los motivos que ahora la mantienen en ese país, sin duda su mejor amigo-
Espera... ¿cómo sabes de la carta?
-Bueno... digamos que
yo di tus datos sin tu autorización, pero, no lo tomes a mal- en efecto, Miyuki
aun no sabía de quien se trataba el remitente, pero era seguro que el jamás le haría
daño- Sera mejor que lo veas por ti misma
"Querida Miyuki
Sé que fue mucho el
tiempo que tarde en comunicarme contigo, no tuve la fuerza necesaria para
hacerlo, pero ahora que tu abuela no está con nosotros, creo que es justo que
vuelvas al lugar que te pertenece, sé que no aceptaras tan fácilmente, pero en
verdad necesito tu ayuda, se que has estudiado y te has esforzado mucho por ser
quien eres ahora, y por esa razón es que me atrevo a pedirte un favor, ahora
que estoy de director en el colegio, necesito a mi lado a los mejores profesores,
y quien mejor que tu para enseñarle a mis estudiantes el amor por la danza, si,
te necesito para que formes parte del grupo de maestros que estoy reclutando,
desde el inicio pensé en ti porque eres la mejor capacitada para tratar con los
nuevos ingresados.
Espero tu respuesta
sea favorable, si no lo aceptas, lo comprenderé.
Se despide tu abuelo
Cho Min Jung"
-¿Que dices?-
interrogo Luang al verla terminar de leer
-T-Tú sabia sobre esto
cuestiono Miyuki al escuchar dicha pregunta de parte de su amigo
-Bueno, yo hable con él,
aun desconozco como dio con este lugar pero, eso no es de mi incumbencia, vino
un investigador a preguntar por ti, al decirme los motivos, creí que sería
bueno ayudarte- no había nada en el mundo que le preocupase mas a Luang que su
adorada amiga- ¿Hice mal?
-Claro que no, creo
que ya es tiempo de regresar- finalizo Miyuki, en efecto, al parecer era tiempo
de volver a ese pasado en el cual llevo una vida de amargas vivencias y pocas realmente felicies, los cuales le bastaban para continuar.
-Seúl, Corea del Sur-
Como cada noche Choi
Seung Hyun recorre la ciudad en su motocicleta, ama sentir el viento en su
rostro, es lo único que lo mantiene vivo, su amor por la velocidad, esta noche
es día de competencia, unas famosas carreras clandestinas en el que apuestan al
mejor conductor, como era de esperar el no podía faltar, de ello dependía su día
a día, ganar dinero para poder vivir. Aun se preguntaba el porqué acudía a tan
prestigiado colegio, si desde que sus padres fallecieron en ese accidente, el
estaba prácticamente solo, no comprendía el porqué el director había pedido su
inscripción a dicho plantel, y aun mas a cambiarlo de clase, esas respuestas,
estaba por demás seguro algún día las tendría y solo así todo estaría claro
para él.
Se detuvo un momento
a observar el hermoso cielo estrellado, aun faltaba tiempo para que dieran
inicio las competencias y que mejor manera de prepararse que descansar un poco.
Por otro lado, cerca
de ese lugar Yeni recién llego a Seúl el día anterior, después de haberse ido a
México cuando tenía 3 años, pero como su casa era demasiado aburrida para
permanecer ahí, desidia dar un paseo por los alrededores, aunque tal vez no fue
buena idea ya que no conoce bien el lugar y las calles casi obscuras le
comenzaban a dar un poco de miedo, tras caminar varias cuadras, escucho algo de
ruido y se acerco a investigar, observo al acercarse a una gran cantidad de
jóvenes alrededor de la carretera, a su izquierda se encontraban cinco chicos
con motocicleta listos para arrancar.
-Esto se ve
emocionante- dijo en voz baja mientras se acercaba más hacia la multitud que
gritaban los nombres de dichos corredores.
Pero al parecer había
uno que era el más popular entre todos, “Seung Hyun” así le llamaban,
permaneció ahí aun más interesada en lo que el espectáculo le ofrecía, al dar
inicio la carrera, su emoción subió al máximo, contagiándose con la adrenalina
que despedían los asistentes al evento, jamás se imagino sentir algo semejante,
pero eso le agradaba. La carrera estaba por terminar y todos tenían los nervios
al cien, desconocían quien iba en primer lugar aunque la mayoría esperaba fuese
ese chico, por fin, a lo lejos observaron aproximarse la luz de una
motocicleta, se acercaron al filo de la calle para ver detalladamente de quien
se trataba, segundos después no les quedo duda alguna.
Seung Hyun se
aproximaba a la meta, todo el recorrido le pareció emocionante, como todas las
veces que hacia lo que más le gustaba en la vida, su sangre hervía al sentir el
viento golpeando su cuerpo, el casco le serbia de protección por si algo salía
mal, aunque no le gustara portarlo, ya que prefería sentir el aire fresco, pero
todo era por su seguridad, jamás se perdonaría si por un descuido dejara para
siempre eso que tanto amaba.
Como lo esperaba todos gritaban y coreaban su
nombre al verlo llegar y ganar el primer lugar y el maravilloso premio, dinero,
lo que le mantenía en estos eventos y lo que le servía para sobrevivir, no era
bueno para dedicarse a otros trabajos así que en este le iba de maravilla. Pero
a pesar de la alegría que le daba el ganar, prefería no festejar, era un tipo
solitario, las fiestas no eran lo suyo y menos rodeado de gente que no conoce.
Al recibir el monto acordado se apresuro a abandonar el lugar, llevando en mente
lo delicioso que sería hoy su cena.
Yeni al ver que el
chico ganador se despojo del casco quedo boquiabierta con lo que sus ojos le
mostraban, no podía creerlo, ese joven era muy apuesto, alto, delgado y su
rostro refinado, pero sus ojos mostraban a un chico rudo y frio, alguien al que
deseas acercarte pero al ver su mirada preferías mejor huir de él.
Ella no acostumbraba
a juzgar a la gente por su apariencia, lo aprendió por sí sola, ya que su
familia si era de ese tipo de personas, las cuales solo pretendía a gente de
buenas raíces. Por más que lo intentaba no podía dejar de verlo, al notar que
se alejaba del lugar, desidia seguirlo, pero pasos más adelante se arrepintió
al verse totalmente sola frente a un callejón olvidado y por demás obscuro, ¿En
qué instante se le escapo de vista?, no se dio cuenta, todo paso muy rápido,
tal vez tomo un atajo, como era nueva por esas calles, no sabía sus trucos.
Se
dio la media vuelta para regresar por donde había llegado, pero se vio rodeada
por unos sujetos al parecer delincuentes, quienes tras decirle algunas palabras
subidas de tono se acercaron a ella, no para nada bueno, tenían en mente otros
planes para esa señorita de tez blanca y ojos hermosos, no era común ver a una
jovencita como ella por ahí, así que no lo iban a dejar pasar.
Tras varios segundos,
al no sentir nada y escuchar algunos quejidos se desidia a abrir los ojos,
llevándose una sorpresa al ver a los hombres regados en piso retorciéndose del
dolor.
-No deberías andar
por estas calles sola- escucho decir a un sujeto que se encontraba de pie a un
costado de ella
-¿Tu?- sorprendida al
ver de quien se trataba, Seung Hyun, el chico ganador de las carreras
-Ten más cuidado para
la próxima- dijo sin cambiar su tono serio mientras se limpiaba la sangre de
esos tipos en sus puños.
Estaba a escasos metros de ese lugar, se había
desviado de su camino para examinar su motocicleta que emitía sonidos raros, y
enseguida escucho el grito desesperado de una chica, no era un super héroe, pero
no le gustaba que lastimaran a las personas y menos que se aprovecharan de las
mujeres que no podían defenderse, con el tiempo había aprendido a usar los
puños para sobrevivir en las calles.
-Espera- grito Yeni
al verlo alejarse así como llego, sin darse cuenta- Gracias por ayudarme
-No fue nada, solo no
soporto los tipos como estos, que hacen daño a chicas tontas que no miden el
peligro- dijo seriamente Seung Hyun para enseguida marcharse del lugar
-¿Chicas tontas?
¡¿Qué rayos tratas de decirme?!…-furiosa se puso de pie al escucharlo pero fue
demasiado tarde para reprocharle, ya no se encontraba ahí- Esto no se queda así,
como puede decirme tonta… bueno la verdad creo que tiene razón, no debí
seguirlo… espera un momento, ¿y si él tuvo que ver en este asunto?, ¿si era un cómplice
mas y solo quiso hacerse el héroe?, en definitiva no puedo quedarme con la
duda.
Alejándose del lugar continuaba cuestionándose y reprochándose por haber
actuado tan torpemente durante lo sucedido, se dejo ver como una chica tonta y
de eso no tenía ni un pelo, estaba decidida a buscar a ese chico y si sus conclusiones
eran erróneas solo lo haría para agradecerle correctamente, jamás dejaba sin
pagar los favores que recibía y esta vez no sería la excepción.
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